Sensibilidad y disciplina
Un camino a la consciencia
Somos lo que somos debido a las conexiones que desarrollamos con los demás, con lugares y vivencias. Cuantos más enlaces podamos mantener de manera consciente, más nos relacionamos con el todo, con la unidad y por tanto más cerca de la plenitud del ser. Sensibilidad es la capacidad de mantener un vínculo activo con la mayor intensidad posible.
arte-zahori-1Ortega y Gasset decía lo mismo con sus palabras: yo soy yo y mis circunstancias. Las circunstancias nos modelan, mermándonos o potenciándonos según el caso. Sentir nos permite desarrollar un criterio efectivo para ir más allá de la estética, de las apariencias e interactuar con la raíz de las cosas.
Hay veces que sentir es doloroso o molesto, se trata de desarrollar la capacidad de abrir y cerrar la percepción según nos interese. La disciplina es la capacidad de sostener una acción, para acercarnos a un objetivo. No se trata de imponernos férreamente una dinámica, sino de fluir con las circunstancias sin perder de vista nuestro objetivo.Podemos decir entonces que disciplina es ser veraz con uno mismo.
Combinar sensibilidad y disciplina nos abre un camino de vida, un “do” una actitud que podemos aplicar en cualquier faceta de la vida.
El do tiene dos sentidos, uno de la persona hacia el entorno, en el que damos nuestra atención, bajamos las barreras y confiamos en lo que nos rodea, para disfrutarlo y en ocasiones para mejorarlo.
En el otro sentido, el lugar se proyecta en nuestro ser, abrazándonos, transmitiéndonos su espíritu, su vibración, de manera que somos uno con el, nos ha “adoptado”.
Podemos resumir este pensamiento con las palabras de Fernando Medialdea, el entrañable jardinero-poeta del Balneario de Alicún de las Torres “vine a ajardinar el lugar y en estos años el lugar me ha ajardinado a mi”.
A partir de ese momento, estamos nutridos desde la esencia, tenemos una consistencia, un fondo que se refleja en nuestros actos y decisiones, no soy yo el que actúo, pero cuanto menos soy yo, cuanto menos influyo en los actos, más cerca estoy de mi.
Es la manera de unificarnos, de llegar a nuestra esencia, desde el sentir.