Entrevista
Revista Namaste
Entrevista a Juan Sáez
Revista Namaste de Mallorca Junio del 2005.
Trabajar con la energía se puede hacer desde diferentes dimensiones. La acupuntura y el shiatsu sirven para saber como fluye dentro de nuestro cuerpo. Las artes marciales, y el Aikido en concreto, nos ayudan a saber como funciona la energía entre dos personas. La Tensegridad, difundida en los libros de Carlos Castaneda, nos enseña a administrar la energía de la periferia de nuestro cuerpo y la geomancia es el arte que relaciona adecuadamente a las personas con las energías de su entorno. Juan Sáez, un geobiólogo, acupuntor y terapeuta ha integrado estas visiones complementarias e imparte cursos en los que aborda todas ellas.
Entrevista a Juan Sáez
La geobiología ¿de qué trata esta ciencia?
Es el arte para armonizarte con el entorno y descubrir qué es lo que estructura nuestro hábitat. Antiguamente se empleaba con mucha naturalidad para encontrar agua y construir alrededor. Se tenía en cuenta la rejilla electromagnética de la Tierra para eludir puntos patógenos y potenciar lugares benéficos. A nadie se le ocurría poner un dormitorio encima de un cruce de agua o de una falla. Hoy en día, pese a la gran influencia sobre nuestro organismo ya no se tienen en cuenta ni se valoran. Sin embargo, pasar mucho tiempo en un lugar poco adecuado puede provocar insomnio, agotamiento, dolores de cabeza y espalda, nerviosismo e irritabilidad y depresión, entre otras cosas.
A estos puntos se les conoce como geopatías. Las naturales son cruces de aguas o fallas. Y según los geobiólogos son fáciles de corregir. Las artificiales son las derivadas de la contaminación electromagnética, de microondas y químicas y son más difíciles de controlar. En las ciudades hay contaminación por electromagnetismo, microondas, acústicas, luminosas (ya no hay noche), humo, acuíferos. Para soportar todo esto la gente ha tenido que desconectarse de su sensibilidad. La gente intenta no sentir porque están en sitios que no son sanos, trabajan o duermen en lugares que no son adecuados. Pero que no sientan no quiere decir que no les afecte.
En la rejilla electromagnética de la Tierra se pueden detectar puntos patógenos y lugares sagrados.
¿Qué son esos lugares sagrados?
Los templos tienen una lectura energética que sustenta todo lo demás. El arte y lo símbolos están allí porque reflejan como funciona la energía en ese lugar.
¿Cuándo se perdió ese conocimiento?
Mallorca es un punto potente a nivel energético, ya se consideraba así desde antes de los romanos. La presencia de talaiots y el paso de los Templarios así lo señala, ya que solo iban a lugares con una vinculación Cielo – Tierra potente.
¿Los constructores de catedrales y los templarios de la Edad Media aplicaban con gran maestría ese conocimiento de dónde lo obtuvieron?
En este punto surge un enigma, porque la humanidad pasó de repente del neolítico a tener ciencia y tecnología y desarrollar ciudades que hasta la época no eran posibles. Esto ocurrió entre los años 4.000 y 5.000 a. C. Sin que allá una explicación clara, de pronto hubo un núcleo de civilización en Mesopotamia que se dividió en tres focos Egipto, Grecia e India.
¿Cómo podemos sentir la energía de un lugar sagrado?
Al igual que la Tierra nosotros también tenemos un campo de energía que nosotros mismos gestionamos. Carlos Castaneda, el autor de las Enseñanzas de Don Juan, habla de esa burbuja de energía. En ese campo hay un punto más intenso que sería el punto de encaje. Cuando dos seres humanos están cerca hay tendencia a unificar el punto de encaje para consensuar la realidad. Cuando una persona tiene una estructura muy estable y definida de la realidad por resonancia contagia a los que no la tienen tan estable. Es una maniobra energética que desde pequeños estamos acostumbrados a hacerla. Los terapeutas la utilizan poniendo su punto de encaje en una posición de bienestar para que el paciente recoloque su punto. Aunque claro, eso puede servir para manipular a la gente… La energía no es buena ni mala depende de cómo la utilices.
En el universo hay infinidad de emisiones: acústicas, lumínicas, negras (son las que nuestros sentidos no perciben), de ese amplísimo espectro nosotros elegimos una pequeña sección. Enfocamos la atención y diseñamos nuestra idea de la realidad. Hay seres que dan más entrada a un tipo de información específica o tiene un volumen energético mayor y eso les permite influenciar a los que están a su alrededor y estructurar su entorno. Es lo que Castaneda llamaba un Nagual.
¿Cómo podemos saber si una de estas personas nos está ayudando o perjudicando?
¿Qué debemos hacer para recobrar nuestro poder?
Hay una inercia muy grande. Desde pequeños nos metemos en una dinámica en que los valores que imperan son los del consumismo. Los padres y las madres no tienen tiempo para estar con sus hijos y dejan que les eduque la televisión. Allí les repiten continuamente que lo que más mola es comprar. Cuando crecen se encuentran solos y desorientados y tiran hacia donde les han dicho: consumir.
Esto tiene arreglo. Cada vez hay más gente que despierta y preocupa por la salud y por el entorno. No es el momento de las revoluciones sociales sino de la revolución interior. Si nos molesta que determinada multinacional destruye una parte del planeta, pues dejemos de consumir sus productos. Si crees que hay muchos residuos, recicla los tuyos. No te preocupes de si tu vecino lo hace o no. Si tú haces lo correcto y no te engañas a ti mismo eso resuena y se va difundiendo.
¿Qué precauciones podemos tomar para que nuestra energía no se vea distorsionada?
También es conveniente llevar el móvil alejado del cuerpo. Los ordenadores y aparatos eléctricos cuando no se emplean es mejor desenchufarlos. Si tenemos un radio-despertador junto a la cama es mejor tenerlo alejado a un metro y medio del cuerpo.
También es importante evitar beber agua del grifo ya que lleva disueltas innumerables sustancias tóxicas.